En una sociedad en la que una gran parte de los alimentos que podemos adquirir en supermercados, están diseñados para corromper nuestros mecanismos de hambre-saciedad, parece bastante esperable que nos cueste autorregular nuestras ingestas, acorde a nuestros requerimientos energéticos, ¿no crees? 

Como Homo Sapiens siempre vamos a tender, salvo excepciones y en ciertas patologías (como la anorexia), a infra-estimar la cantidad de comida que ingerimos. Este sesgo, que forma parte de nosotros, unido a una sociedad de consumo, de “cuanto más mejor”, de “date un capricho”, etc., suponen un cóctel perfecto para realizar sobreingestas perjudiciales para nosotros o, incluso, caer en ingestas compulsivas en las que perdemos el control. 

En el artículo sobre cómo identificar un atracón de comida, hablamos sobre las características principales de un atracón. En el artículo de hoy, comentaremos algunos parámetros importantes a tener en cuenta a la hora de poder diferenciar entre: una “pequeña” sobreingesta (un día puntual, una cena social, comidas de Navidad…) v.s. una ingesta compulsiva.

Empezamos 😉

FRECUENCIA DE LA INGESTA

Aunque esté estipulado que para cumplir diagnóstico (en bulimia o de trastorno de ingesta compulsiva), los atracones han de manifestarse, al menos, una vez por semana; esto no quiere decir que si no se cumple ese mínimo, la persona no se merezca recibir ayuda. Por tanto, es importante poner el ojo no sólo en la frecuencia “cuantitativa”, sino también el impacto “cualitativo” de esa frecuencia. Es decir, si la persona está sufriendo una interferencia en su vida, y en qué medida, debido a esas ingestas compulsivas. Aspecto a valorar, por el profesional de la salud en la evaluación.

DURACIÓN DE LA INGESTA

Aunque hay diferencias entre individuos, la duración de los atracones suele oscilar entre una o dos horas. Se han encontrado diferencias entre aquellas personas que fuerzan el vómito post-atracón, y aquellas que no: aquellas que practican el vomiting (puedes leer más sobre el vomiting en este artículo) tienden a realizar atracones “más cortos”, ya que sienten la presión de finalizar la ingesta compulsiva lo antes posible, para vomitar, y así reducir la cantidad de comida absorbida. 

LOS ALIMENTOS INGERIDOS

Existe un mito bastante generalizado, que dice que los atracones se caracterizan por una ingesta muy alta en carbohidratos; o lo que también se conoce como “el ansia de los carbohidratos”. Lo que nos solemos encontrar en consulta es que, en la mayoría de los casos, la persona ingiere, precisamente, todos aquellos alimentos que considera “prohibidos”. Por ejemplo: alimentos como el chocolate, helados, donuts… es cierto, que tienen una carga alta en carbohidratos (CH). Pero si lo analizamos en más profundidad, son alimentos que más que “altos en CH” parecen más bien alimentos dulces, con un alto contenido en grasas poco saludables (grasas hidrogenadas, etc.).

Existen casos menos habituales, en los que la persona puede incluso darse atracones de alimentos “saludables”, o de alimentos que no le gusten. En cualquiera de los casos: el problema no es el alimento, si no la relación con ese alimento. Y es motivo más que suficiente, para pedir ayuda y poder salir de esa dinámica poco saludable para el organismo.

EL TAMAÑO DE LOS ATRACONES

Pese a que hay una gran variabilidad entre una persona y otra, se estima que un atracón “típico” suele oscilar entre las 1000-2000 calorías. Sin embargo, también se han encontrado casos de atracones de unas 15000-20000 calorías; aunque no es lo más habitual.

En casos de anorexia nerviosa, se manifiestan lo que se conoce en psicología como “atracones subjetivos”, o “ingesta compulsiva subjetiva”: se trata de una ingesta que, aunque no es ciertamente excesiva, la persona siente que sí lo es, o lo vive con mucho malestar y sensación de culpa.

EL COSTE DE LA INGESTA COMPULSIVA

La cantidad de dinero que una persona puede llegar a gasta comida cuando presenta ingesta compulsiva, puede representar un problema serio en su área financiera. Para hacernos una idea: en personas con bulimia nerviosa, se estima que un tercio del total de su compra, se compone de alimentos que van dirigidos a consumirse durante los atracones. 

Espero que estos puntos te resulten útiles ✅ y no olvides compartirlo con quien creas que le pudiese ser de ayuda 😊

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Buen día 🍀 😊

REFERENCIAS

Fairburn, C. (2017) “La superación de los atracones de comida. Cómo recuperar el control” Ed.: Paidós

García, P. (2020) “Esclavos de la comida. manual para hacer frente a los trastornos alimenticios y carencia emocional que conduce a ellos” Ed: Arcopress