Depresión: ¿Qué es y cómo superarla?

Patricia García

Psicóloga y Creadora del blog Psicología que me Guía 🧭 Terapeuta Cognitivo-Conductual y EMDR 🧠contacto@patriciagarciapsicologa.com 📬

marzo 21, 2023

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“Hoy estoy depre” o “Estoy de bajón”, son expresiones que solemos oír con frecuencia. Pero, ¿sabemos realmente, qué implica estar deprimid@, tener depresión, o atravesar un episodio depresivo?, ¿le damos como sociedad la importancia que se merece este asunto?

En este artículo os explicaba, qué es realmente la ansiedad. Hoy, hablaremos sobre otro de los principales motivos de consulta en los consultorios de psicólog@s y psiquiatras: la depresión.

¿QUÉ ENTENDEMOS POR DEPRESIÓN?

Lo primero, creo que es importante partir de la base de que la depresión no es algo dicotómico. A día de hoy, no existe ningún biomarcador que nos pueda asegurar fehacientemente que una persona tenga depresión. No existen “PCRs para la depresión”. El diagnóstico se realiza mediante la entrevista clínica, y ha de realizarlo un profesional de la salud mental. 

La depresión como categoría diagnóstica, es un trastorno mental caracterizado por un estado agudo de bajo estado de ánimo, que suele venir acompañado de fuertes sentimientos de tristeza, melancolía, desmotivación hacia la vida, etc. Así, como alteraciones de conducta y del pensamiento; tales como abandono de actividades gratificantes, y pensamientos de autocrítica, respectivamente.

Para comprender realmente a una persona que padece depresión, necesitamos entender que “Tener depresión”, no es lo mismo que “Estar triste”. La diferencia principal que suelo explicar a mis pacientes, es la siguiente:

🔵 Cuando “estamos tristes”, es muy probable que nos sea más o menos fácil identificar el motivo. Suspender un examen, una ruptura de pareja, perder un trabajo… pueden ser algunos ejemplos. Sin embargo, cuando “tenemos depresión”, o cuando atravesamos un episodio depresivo, no siempre encontramos una causa, un detonante claro, que explique ni nuestro bajo estado de ánimo, ni el resto de síntomas que lo acompañan.

¿QUÉ SÍNTOMAS APARECEN?

Aunque cada persona es distinta, y no hay dos depresiones iguales, existen una serie de síntomas que suelen aparecer en la mayoría de los casos:

🔵 Un fuerte sentimiento de desesperanza y/o pesimismo hacia la vida y el futuro.

🔵 Sentimientos fuertes y persistentes de culpa, impotencia, tristeza, melancolía… e incluso, sensación de vacío.

🔵 Problemas de concentración, fallos de memoria, y dificultad para tomar decisiones.

🔵 Irritabilidad. Dificultades para autorregularse.

🔵 Insomnio de conciliación, despertares nocturnos, o lo contrario: hipersomnia  (dormir en exceso).

🔵 Sensación de fatiga crónica, de debilidad cognitiva y física.

🔵 Cambios bruscos en el apetito. La persona comienza a comer mucho más, o mucho menos de lo habitual.

🔵 Pensamientos sobre la muerte o el suicidio. Sensación de “ser un estorbo”. Querer “dejar de estar”.

🔵 Pérdida de interés en realizar actividades que antes eran gratificantes, tales como hobbies, actividades sociales, etc.

🔵 Dolores de cabeza, molestias musculares, calambres, problemas digestivos… todos ellos sin una causa orgánica clara que los explique.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA SUPERAR LA DEPRESIÓN?

Un estado depresivo es un problema de naturaleza multicausal. Aunque puede darse la tesitura, de que exista un factor principal que haya llevado a la persona a padecer depresión, siempre existen variables colaterales que, en mayor o menor medida, afectan al estado anímico de la persona. Por ello, como acuñamos tantas veces l@s psicólog@s: como las causas son variables dependiendo de la persona; la solución, también dependerá del caso.

En primer lugar, existe una amplia evidencia de que la actividad física realizada de forma regular, ayuda a mantener un buen estado del ánimo (como se puede ver en este meta-análisis). El problema suele estar en que, cuando atravesamos un episodio depresivo, no tenemos precisamente ganas de preparar la mochila, ir hasta el gimnasio, ponernos a entrenar… sino todo lo contrario. Un síntoma de la depresión es, precisamente, un estado de hipoactivación generalizada. Por ello, para poder salir de ese bucle, necesitamos activarnos poco a poco. Muy gradualmente, y poniéndonos pequeños objetivos que anticipemos con seguridad, que lograremos conseguir. Esto, explicado de forma muy breve, es lo que conocemos como activación conductual. Mediante esta herramienta, perseguimos un cambio conductual en la persona, mediante la exposición gradual a situaciones que le aporten refuerzos positivos. Para que esta activación conductual resulte efectiva a lo largo de la terapia psicológica, habría que aplicarla a diferentes actividades y áreas funcionales de la persona: deporte, actividades de ocio y tiempo libre, encuentros sociales, conductas de autocuidado, etc.

Así, como se encontró en esta revisión sistemática, así como en otros estudios, la activación conductual cuenta con una amplia evidencia como tratamiento para la depresión, y se presenta como intervención psicológica potencialmente escalable en muchos entornos, poblaciones y culturas diversas.

Por otro lado, al igual que existen una serie de suplementos, plantas, adaptógenos, etc., que nos ayudan a gestionar la ansiedad o el estrés (como comentamos en este artículo), también existe evidencia (estudio) de que existen plantas medicinales que afectan al sistema nervioso, ejerciendo efectos antidepresivos de diversas formas; tales como la regulación sináptica de la serotonina, de la noradrenalina, y de la dopamina, así como mediadores inflamatorios.  Lo que sin duda, hemos de tener siempre en cuenta, es que no hay dos casos de depresión iguales. Cada persona tiene su propia historia de aprendizaje y, aunque compartan sintomatología, la raíz de problema puede ser totalmente distinta. Si el motivo principal de la depresión s una rutina desestructurada, y con una presencia muy baja de actividades gratificantes para la persona, ese será el foco que habría que trabajar en terapia. En este tipo de casos, la activación conductual suele tener muy buenos resultados. En cambio, si el motivo principal del estado depresivo fuese un trauma vivido por la persona hace años, y que actualmente intenta evitar recordar (y por tanto, de procesar) a base de mantenerse siempre ocupada y enfocándose en ser hiperproductiva en su trabajo, como podrás imaginar, la activación conductual no hará más que agravar el problema. En estos casos, una combinación de Terapia Cognitivo Conductual, y una terapia centrada en el trauma, como puede ser la Terapia EMDR, ayudan a abordar tanto el presente, como el pasado de la persona. En otros casos, el motivo de la depresión puede ser incluso orgánico, como ocurre en las depresiones de tipo endógeno. Y así, un largo etcétera de posibles causas.  Como ves, la depresión es algo muy complejo, y que puede manifestarse de manera muy distinta dependiendo de cada persona. De ahí, la importancia de consultar a un profesional de la salud mental, que pueda realizar una buena evaluación de tu caso, y recomendarte de manera individualizada, qué tipo de intervención te sería más recomendable a ti.

LA “FUNCIÓN” DE LA DEPRESIÓN 

Como comentamos anteriormente, la depresión puede venir explicada por numerosas causas. En algunos casos, las causas serán más accesibles. Existen casos en los que los detonantes pueden ser una mala gestión de la rutina, malos hábitos de vida (alimenticios, de higiene del sueño, de consumo de sustancias, sedentarismo, etc.), un déficit del tiempo libre, relaciones interpersonales disfuncionales y/o superficiales, niveles de estrés elevados y mantenidos en el tiempo, problemas del sueño, falta de autocuidado emocional y un largo etcétera.  Sin embargo, en otros casos, los motivos de la depresión pueden estar más escondidos y, por tanto, no ser tan evidentes. Como puede ser el caso de duelos patológicos o mal gestionados (cuando no nos damos tiempo y espacio para llorar la pérdida, por ejemplo), historias de maltrato físico y/o psicológico, traumas simples y/o complejos, abusos sexuales, crisis vitales, falta de propósito vital, sentimientos de vacío existencial, etc.  En ambos casos, la “función” de la depresión (sí, aunque suene paradójico los trastornos psicológicos tienen una función. Pero esto da para otro artículo 😊) es la misma: hacernos saber, que tenemos algo pendiente sobre lo que reflexionar, resignificar, y actuar. En otras palabras: es la forma que tiene nuestra psique, de comunicarnos que no es momento de estar a mil cosas. Sino de dedicarnos tiempo a nosotr@s mism@s y atender nuestras necesidades psicoemocionales idiosincráticas (cada un@, las suyas 😉 ) de una vez. Bien sea haciendo cambios en nuestras prioridades, mejorando nuestros hábitos, conectando más con nuestros valores, retomando amistades que hemos ido abandonando y nos aportaban mucho, o enfrentando ese pasado tan duro que hemos vivido, y que no nos deja vivir el presente.

RECURSOS PARA PACIENTES Y FAMILIARES

Os adjunto estos dos cortometrajes realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dirigidos a divulgar acerca de la depresión, sus síntomas, y qué acciones ayudan y cuáles, sería mejor evitar 😉:

Este primer vídeo, va dirigido a personas que están atravesando un episodio depresivo:

“Yo tenía un perro negro, su nombre era depresión”

Este segundo vídeo, va dirigido a familiares, amig@s y parejas, de personas que están atravesando un episodio depresivo:

“Viviendo con un perro negro”

CONCLUSIONES

La depresión no es un estado en el que un@ decide estar. Es un trastorno psicológico y como tal, requiere de atención, tratamiento y seguimiento ajustado a las necesidades de la persona afectada.

Como todo problema psicológico, se verá afectado (para bien, y para mal) por todo nuestro conjunto de conductas: nuestros hábitos, calidad de la alimentación, patrones del sueño, exposición a la luz solar, calidad de las relaciones interpersonales, historia vital, traumas, estado de salud general, etc.

No olvides, que la depresión, también tiene una función. Por lo que, el objetivo no sería tanto “eliminarla”, si no entender qué mensaje nos envía, y atenderlo (y atendernos 😉) adecuadamente.

Los psicofármacos pueden llegar a tener su lugar en algunos casos, pero la medicación en ningún caso conseguirá, por sí sola, remediar el problema. Si lo necesitas, no dudes en contactar con un profesional de la salud mental que pueda ayudarte mediante una terapia psicológica basada en la evidencia, a lo largo del arduo camino que es, superar una depresión.

Espero que estos puntos te resulten útiles ✅ y no olvides compartirlo con quien creas que le pudiese ser de ayuda 😊

🔵 Si quieres que escriba sobre algún tema en concreto, puedes proponérmelo en los comentarios del artículo 😉

🔵 Si deseas concertar una cita (presencial u online) puedes escribirme al Whatshapp o al correo electrónico que aparecen en mi web (contacto@patriciagarciapsicologa.com)

Buen día 🍀 😊

REFERENCIAS

🔵 Aaron T. Beck et al. (1983) “Terapia cognitiva de la depresión” Ed.: Desclée De Brouwer.

🔵 Fathinezhad, Z., Sewell, R. D. E., Lorigooini, Z., & Rafieian-Kopaei, M. (2019). Depression and Treatment with Effective Herbs. Current pharmaceutical design, 25(6), 738–745. https://doi.org/10.2174/1381612825666190402105803

🔵 Marino Pérez y Jorge Marraca (2015) “Activación Conductual: Para el Tratamiento de la Depresión” Ed.: Síntesis

🔵 Michael P. Twohig y Steven C. Hayes (2019) “ACT En La práctica clínica para la depresión y la ansiedad. Una guía sesión a sesión para maximizar los Resultados” Ed.: Desclée De Brouwer

🔵 Pearce, M., Garcia, L., Abbas, A., Strain, T., Schuch, F. B., Golubic, R., Kelly, P., Khan, S., Utukuri, M., Laird, Y., Mok, A., Smith, A., Tainio, M., Brage, S., & Woodcock, J. (2022). Association Between Physical Activity and Risk of Depression: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA psychiatry, 79(6), 550–559. https://doi.org/10.1001/jamapsychiatry.2022.0609

🔵 Zabihi, S., Lemmel, F. K., & Orgeta, V. (2020). Behavioural Activation for Depression in Informal Caregivers: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomised Controlled Clinical Trials. Journal of affective disorders, 274, 1173–1183. https://doi.org/10.1016/j.jad.2020.03.124

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