Vivimos en la era del cuidado de lo tangible: el cuerpo, la casa, el coche, la ropa… y eso, no necesariamente está mal. Pero si ponemos el foco en exceso en esos aspectos, podemos perder de vista otras áreas importantes del autocuidado.
Dentro de todo lo que engloba la salud, el cuidado de nuestras emociones también es una parte importantísima. Sin embargo, al tratarse de algo que no podemos medir, que no podemos pesar, que no podemos ver… su gestión se nos puede “hacer un poco bola”. Sumándole, además, que cuando intentamos verbalizar lo que sentimos, es posible que nos encontremos con invalidación emocional por parte de nuestro contexto (puedes leer más sobre invalidación emocional en este link).
Hoy hablaremos sobre: qué es el autocuidado emocional, qué personas tienen más papeletas para caer en este “descuidado emocional”, cómo saber detectar cuándo algo no anda bien, y qué podemos hacer para ocuparnos de él debidamente. Empezamos 😉
ÍNDICE
¿QUÉ ES EL “AUTOCUIDADO EMOCIONAL”?
El autocuidado emocional es todo ese conjunto de acciones que realizamos que van encaminadas a ofrecernos un equilibrio, autoconocimiento, y descanso emocional necesario.
Conectar con nuestros pensamientos, emociones, carencias, resistencias… nos permite autocuidarnos a nivel emocional. Aunque tomar consciencia de algunos de estos aspectos nos pueda resultar desagradable, es un “malestar” necesario para poder entender mejor nuestras circunstancias, reajustar lo que necesitemos, y seguir mejorando sin desgastarnos por el camino.
¿QUÉ PERSONAS SON MÁS VULNERABLES AL DESGASTE EMOCIONAL?
Vulnerables somos todos/as. Pero es verdad, que hay personas más propensas al desgaste emocional que otras.
En cuanto a variables de la personalidad, personas autoexigentes, perfeccionistas o hiperresponsables, que hayan sufrido abandonos o rechazos en su infancia, personas altamente sensibles (PAS) (si no sabes lo que es una PAS, puedes leerlo en este artículo 😊), será más probable que caigan en dinámicas en las que lo dan todo por sus hijos, por su pareja, por sus amigos, por su trabajo… dejándose en segundo lugar y olvidándose de que ellas mismas, también necesitan (auto)cuidarse.
En cuanto a variables contextuales, existen profesiones en las que el desgaste emocional es especialmente mayor. Profesiones sanitarias, asistenciales, y en las que las personas trabajan con personas que están sufriendo (psicólogos/as, médicos/as, trabajadores/as sociales, profesores, enfermeros/as…) son precisamente vulnerables al, como suelo llamarlo, “descuidado emocional”. Cuando pasamos mucho tiempo con el “modo empatía ON”, aunque la empatía es una habilidad, un proceso, que también es señal de salud emocional, como casi todo en la vida… en exceso también nos puede pasar factura.
¿CÓMO SABER CUÁNDO “ALGO FALLA”? LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN
La naturaleza es sabia. Y a lo largo de la evolución, se ha desarrollado un tejido emocional que aunque a veces, nos las hace pasar canutas, también nos ayuda a pasar a la acción y hacer los cambios que necesitamos. Emociones como la apatía, tristeza, irritabilidad, nerviosismo constante… son señales que te envía tu cuerpo para avisarte de que algo no anda bien.
En terapia, un aspecto importante que trabajo con muchos/as de mis pacientes, es el aprender a identificar los pródromos de los problemas más graves. La idea, es que la persona aprenda a darse cuenta lo antes posible de que algo no anda bien, para poder actuar desde la PREVENCIÓN, en lugar desde el modus operanti “vamos a esperar a tocar fondo para empezar a hacer algo”.
Problemas para conciliar el suelo, sensación de ansiedad, cambios en el apetito, desgana por realizar actividades que antes te gustaban… pueden ser señales de que algo no anda bien. Mejor hacerles caso a tiempo, o llamarán a tu puerta más fuerte.
¿QUÉ PUEDO HACER PARA MEJORAR MI AUTOCUIDADO EMOCIONAL?
El ritmo del día a día, las responsabilidades, y muchas más cosas, nos pueden hacer desconectar de nuestro “yo interno”. Y eso puede hacernos perder una parte importante de la película. Somos seres verbales. Por tanto, necesitamos nuestro espacio, y nuestro tiempo, para procesar y darle el significado adecuado las experiencias que vamos viviendo cada día.
Hacer ejercicio físico, llevar una alimentación saludable, dormir las horas necesarias… te pueden ayudar, sobre todo a nivel físico. Pero también son necesarias actividades tales como:
🔵 Tomarte tiempo para ti, para estar solo/a, y analizar qué reajustes necesitas en tu vida personal y/o profesional.
🔵 Escribir un diario: anotar pensamientos, ideas, y emociones que experimentas cada día.
🔵 Identificar y aceptar tus emociones.
🔵 Pasar una tarde con esa persona vitamina que te da tanto equilibrio.
🔵 Meditar.
🔵 Y por supuesto, si lo necesitas y te es posible, acudir a terapia con un/a profesional que te guíe en tu proceso.
Espero que estos puntos te resulten útiles ✅ y no olvides compartirlo con quien creas que le pudiese ser de ayuda 😊
🔵 Si quieres que escriba sobre algún tema en concreto, puedes proponérmelo en los comentarios del artículo 😉
🔵 Si deseas concertar una cita (presencial u online) puedes escribirme al Whatshapp o al correo electrónico que aparecen en mi web (contacto@patriciagarciapsicologa.com)
Buen día 🍀 😊
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