Todos los años lo mismo: “Este año me apunto al gym”, “Este año empiezo la dieta”, “Este año empiezo a cuidarme”… ¿Te suena?
O lo has oído, o lo has dicho tú mismo/a, pero seguramente esas frases te resulten familiares, ¿verdad?
Los propósitos de año suelen ser algo tradicional, inherente a la cultura occidental. En el artículo de hoy, vamos a analizar cuáles son los principales errores que nos hacen fracasar en nuestro intento, y algunas pautas para aumentar la probabilidad de que, este año, sea el que sí que sí. Empezamos 😉
ÍNDICE
¿POR QUÉ ELEGIMOS EL 1 DE ENERO? ¿SIRVE PARA ALGO?
El primer día del primer mes del año nos parece una oportunidad idónea para hacer borrón y cuenta nueva, y “empezar de cero”. Pensamos que, al empezar “de cero”, todo nos resultará más fácil, y esta va a ser la vez por todas que dejemos esos malos hábitos atrás.
Y es que… el primer problema, comienza aquí: en realidad, NO empiezas de cero. Tu cerebro aún recuerdas los viejos hábitos. Y los recuerda, porque en algún momento le han resultado (a su modo) funcionales. Para “convencer” a tu cerebro de que esos “viejos hábitos” no funcionan, no le va a servir con una o dos veces (es un poco cabezón 😊 ). Sino que va a requerir de tiempo, constancia, y aceptar que, muy probablemente, el proceso no será lineal.
¿CÓMO PODEMOS ENTONCES ADQUIRIR NUEVOS HÁBITOS?
Por cómo funciona nuestro cerebro, no podemos “olvidar” los viejos patrones conductuales. Pero tranquilo/a, no todo está perdido. Lo que sí que podemos hacer, es instaurar nuevos hábitos, nuevas conexiones nerviosas que sean cada vez más fuertes. En otras palabras: desde la psicología, se entiende que no podemos funcionar por sustracción (olvidando el pasado), si no por adición (añadiendo nuevos aprendizajes, compitan con los antiguos, y que éstos nuevos hábitos “ganen” a los previos).
Para ello, hay que tener en cuenta muuuchos aspectos:
🔵 ¿Qué emociones me están interfiriendo en el proceso de cambio?
🔵 ¿Qué efectos secundarios positivos tiene el mantener mi viejo hábito? (Alguno hay… y lo sabes 😉 )
🔵 ¿Qué variables contextuales influyen en mis acciones?
🔵 ¿Qué estrategias he intentado llevar a cabo para cambiar, y no me han funcionado?
🔵 ¿Cuál es mi nivel de compromiso con el cambio?
🔵 [Y un largo etcétera de variables que se analizan en terapia junto a la persona]
¿POR QUÉ A VECES ESTOS PROPÓSITOS NO SE CUMPLEN?
Esa motivación inicial sin duda ayuda, pero ha de ir acompañada de un buen plan de acción. Sin estrategia, no hay éxito. Muchos de esos propósitos a veces los instalamos sin plantearnos previamente si son realistas, ni qué plan de acción vamos a llevar a cabo, para lograrlos. Y eso, nos suele llevar a: empezar muy bien, pero acabar… no tan bien.
El no ver resultados, reduce significativamente nuestra percepción de autoeficacia. Y ahí, es cuando empiezan a aparecer pensamientos del tipo “No soy capaz”, “Siempre me pasa lo mismo”, o “No vale la pena intentarlo”. Comenzar sin mentalizarnos previamente de que un cambio de hábito suele traer consecuencias negativas a corto plazo, y consecuencias positivas sólo a largo plazo… nos lleva a desmotivarnos A sentir que hemos “perdido el tiempo”, y pensar que “nunca podremos lograr ese objetivo”. Acumular derrotas sólo nos da más “pruebas”, para que nuestro cerebro piense que ha de resignarse a estar como siempre, porque es que… “yo soy así”.
En el próximo artículo, te compartiré 7 aspectos que necesitarás tener en cuenta para lograr cambiar tus hábitos. Para recibir la notificación, puedes suscribirte a la Newsletter, y te llegará un email cada vez que escriba un nuevo artículo 😉
Espero que te resulte de útil, y no olvides compartirlo con quien creas que le pudiese ser de ayuda 😊
Buena semana, y a por el nuevo año!
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